miércoles, 30 de julio de 2014

ASOCIACION BESAY DE TDAH LA PALMA

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): nuevos criterios diagnósticos

M.ª Dolores Palomino Aguilar Doctora en Farmacia. Máster Oficial en Atención Farmacéutica. Vocal de Relaciones con AA del COF de Cádiz palominolola@gmail.com Lo que caracteriza principalmente al trastorno por déficit de atención e hiper­actividad (TDAH) es la presencia persistente de falta de atención1 o dificultad para mantenerla en el tiempo, acompañada o no de hiperactividad o actividad mayor a la esperada, e impulsividad tanto emocional como conductual, que interfieren y dificultan el funcionamiento y desarrollo familiar, social y educativo Clasificación
Clasificación Los criterios diagnósticos para su clasificación (tabla 1) han sido recientemente modificados y se recogen en la última y quinta versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), DSM-V2, publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría en mayo de 2013, cuya versión española estará pronto disponible. Cabe destacar la inclusión de pacientes adultos, así como la ampliación de la edad (de los 6 a los 12 años) para la aparición de síntomas. Para un claro diagnóstico, deberán cumplirse 6 síntomas de inatención y/o 6 de hiperactividad-impulsividad en menores (y 5 para adultos), que deben aparecer antes de los 12 años. Los síntomas deben estar presentes en más de un entorno (como casa, escuela o trabajo), y no deben poder explicarse por algún otro trastorno mental; también deberán interferir negativamente en la vida social, académica, familiar y/o laboral del paciente. El DSM-V clasifica el trastorno atendiendo a la presencia de los síntomas en: • Presentación predominante con falta de atención. Se cumplen los criterios de falta de atención (A1), pero no los de hiperactividad/impulsividad (A2) durante más de 6 meses. Estos menores suelen ser distraídos, no prestan atención a los detalles, y cometen errores frecuentes en las instrucciones orales o escritas. No suelen acabar las tareas ni alcanzar el objetivo, y cambian fácilmente el foco de atención. Son niños poco agresivos, pero su bajo rendimiento escolar, en juegos y deportes, los hacen impopulares. Pierden y olvidan cosas, y esto dificulta su vida cotidiana. Los síntomas de inatención son los que más perduran en el tiempo. Los adultos son desorganizados, olvidadizos, pierden constantemente llaves, móviles, gafas, etc., y les cuesta organizar el tiempo y el trabajo. • Presentación predominante hiperactiva/impulsiva. Se cumplen los criterios A2 de hiperactividad/impulsividad, pero no los A1 de falta de atención durante, al menos, 6 meses. La hiperactividad les hace difícil permanecer quietos o sentados en situaciones que otros niños de su edad sí toleran (clase, comidas, viendo la televisión, cine...). No pueden estar callados, son agotadores, ruidosos y suelen tener más accidentes. Interrumpen frecuentemente al profesor y a los compañeros, y los castigos en casa y en el colegio son frecuentes. En adultos se manifiesta como inquietud o intranquilidad, hasta el punto de desconcertar a otros con su actividad. La impulsividad hace que los niños sean impacientes, y que hagan y digan lo primero que se les ocurre sin pensar en las consecuencias de estas acciones. A menudo contestan antes de que se haya terminado de formulárseles la pregunta. Hacen comentarios desafortunados, interrumpen constantemente, y les resulta muy difícil guardar el orden o esperar su turno, lo que les suele acarrear problemas en casa y en la escuela. No aprenden de sus errores, y caen en ellos una y otra vez. Si no son tratados debidamente, esta impulsividad será la característica que más consecuencias a largo plazo presentará debido al deseo de recompensa inmediata: abuso de sustancias, cambios de pareja, de trabajo, accidentes, situaciones de peligro... En adultos puede llevarles a la toma de decisiones erróneas debido a la precipitación. • Presentación combinada. Se cumplen los criterios de falta de atención y de hiperactividad/impulsividad A1 y A2 durante más de 6 meses. Es el subtipo más común3. Por sus características, estos pacientes con frecuencia sufren accidentes, ya que difícilmente calibran el peligro de sus acciones. La falta de atención y el exceso de actividad pueden conllevar además problemas graves de aprendizaje, aunque su capacidad intelectual sea normal o superior, provocando frecuentemente fracaso escolar. Es muy común que presenten también problemas emocionales, ya que suelen sufrir amonestaciones, castigos y el rechazo de los compañeros por el descontrol casi continuo que padecen, lo que les provoca una baja autoestima, ya que además tienen escasa tolerancia a la frustración. Con frecuencia presentan comorbilidades asociadas si no reciben el tratamiento correcto, y entre ellas las más comunes son los problemas de conducta y los emocionales, como la depresión y la ansiedad. Además de esta clasificación, según el DSM-V habrá que especificar la gravedad de los síntomas: • Leve: existen pocos síntomas y no deterioran en exceso la capacidad laboral o social. • Moderado: los síntomas presentes y el deterioro funcional están entre «leve» y «grave». • Grave: existen muchos síntomas, o varios particularmente graves, y provocan un marcado deterioro en el funcionamiento social u ocupacional. Y también habrá que especificar si el trastorno está en remisión: • En remisión parcial: los síntomas existieron, pero en los últimos 6 meses han disminuido, aunque aún causan daños crónicos en la actividad laboral, social o académica. El TDAH puede considerarse el problema psiquiátrico más común a escala mundial en niños y adolescentes, con una alta incidencia también en la edad adulta. La prevalencia aceptada actualmente es del 5% para menores, y del 2,5% en adultos2. En cuanto al género, es más frecuente en varones1, a razón de 2/1 para el tipo inatento, llegando a 4/1 para el tipo hiperactivo-impulsivo. Estos datos tal vez reflejen un infradiagnóstico en niñas, que suelen padecer más el tipo inatento y tienen menos probabilidades de presentar comportamientos disruptivos o problemas de conducta que los varones. En la etapa preescolar, la actividad motora excesiva suele ser el síntoma que más llama la atención, aunque es más frecuentemente diagnosticado en los años de escuela primaria, cuando la falta de atención se hace más preocupante y se traduce en dificultades escolares. En la adolescencia temprana, el TDAH puede verse complicado con comportamientos o comorbilidad desafiante o antisocial o con trastornos del humor. Al acercarnos a la edad adulta, la hiperactividad motora va disminuyendo, pero persiste la falta de atención, la intranquilidad, la impulsividad y la desorganización. En adultos, el TDAH se presenta comúnmente asociado a alguna comorbilidad, como trastornos de ansiedad o del humor. Debe tenerse en cuenta que la presencia de los síntomas varía mucho dependiendo del entorno. Esta presencia será menor si se reciben recompensas constantemente por un comportamiento apropiado, o si está supervisado, o si se trata de un contexto nuevo o de actividades especialmente atractivas. Etiología En cuanto a su etiología, se trata de un trastorno de origen multifactorial cuyas diferentes causas contribuyen de diversas maneras a sus manifestaciones clínicas3,4. Existe una predisposición genética demostrada, interrelacionada con otros factores: • Factores biológicos. Como problemas que afectan a la salud de la madre en el periodo de gestación (drogas, tabaco, consumo de alcohol durante el embarazo, eclampsia, corta edad...), o al recién nacido (prematuridad y alteraciones cerebrales, entre otras). • Factores ambientales. Como inestabilidad familiar, desarraigo, adopción... • Factores neurológicos. Entre éstos, se ha comprobado por resonancia magnética el menor tamaño de cerebro, cerebelo, cuerpo calloso y núcleo caudado en menores con TDAH, que suele normalizarse a los 10-18 años. También destaca la implicación de la dopamina y la noradrenalina, que son los neurotransmisores preferentemente implicados en la fisiopatología del TDAH. La regulación de su actividad constituirá la base de su tratamiento farmacológico5. Ambos son esenciales en el funcionamiento de los sistemas atencionales, y la dopamina, además, en la regulación motora. El TDAH puede coexistir normalmente con otros problemas psiquiátricos que dificultan su diagnóstico, pronóstico y tratamiento, como los trastornos del comportamiento (trastorno negativista desafiante o trastorno disocial), trastornos del humor (depresión, distimia o trastorno bipolar), trastornos de ansiedad, manías, autismo y síndrome de Asperger o aparición de tics nerviosos. Cuanto más tarde se diagnostique y se instaure un tratamiento, más posibilidades existen de desarrollar trastornos comórbidos6. Más del 50% de los niños con TDAH presentan al menos un trastorno comórbido, y en la edad adulta esta asociación complica mucho el diagnóstico7. Los más frecuentes se encuentran detallados en la tabla 2.
Tratamiento
Aunque el tratamiento farmacológico del TDAH ha demostrado mayor eficacia por sí solo que la terapia psicosocial y educativa, actualmente se recomienda la combinación de ambas estrategias; es decir, debe realizarse un tratamiento multimodal en el que se involucre todo el entorno familiar, escolar y social del menor8-10. En casos de comorbilidad con trastorno negativista desafiante (TND), trastorno de conducta, ansiedad o depresión, las terapias psicológica y pedagógica están especialmente indicadas. El tratamiento psicológico y educativo deberá incluir varios aspectos fundamentales, como educación del menor, entrenamiento de los padres e intervención en el ámbito académico o escolar. El tratamiento farmacológico es necesario en más del 80% de los casos diagnosticados debidamente; no obstante, se aconseja que un especialista lleve a cabo un diseño personalizado de cada tratamiento para cada caso, en el que bien pueden compaginarse el tratamiento farmacológico con la terapia psicoeducativa. En la actualidad no se dispone de tratamiento curativo para el TDAH: los fármacos se limitan a aliviar los síntomas mientras se están utilizando. La farmacoterapia del TDAH comercializada en España se resume en la tabla 3. Clorhidrato de metilfenidato11 Ha sido hasta hace poco el único estimulante indicado para el tratamiento del TDAH disponible en España, y es el fármaco de primera elección para este trastorno desde su comercialización a finales de los años cincuenta. Su uso está aprobado para niños mayores de 6 años y adolescentes, y ha demostrado su eficacia en el 60-75% de los casos: reduce las manifestaciones clínicas de inquietud, inatención e impulsividad, aumenta la calidad de las relaciones sociales, disminuye la agresividad y mejora la obediencia. También ha demostrado la mejoría de la agresividad y del TND, así como del rendimiento académico y las actividades escolares. Su mecanismo de acción en el TDAH no está aún esclarecido. Al parecer, bloquea el transportador presináptico de la dopamina y la noradrenalina, impidiendo su recaptación a la neurona presináptica. Aumenta además la liberación de dopamina, incrementando así la concentración de ésta en el espacio presináptico neuronal y aumentando su biodisponibilidad. Actualmente se dispone en España de varias presentaciones de metilfenidato clasificadas según su forma de liberación y duración del efecto, lo que permite un ajuste individualizado de dosis para cada paciente con la finalidad de conseguir el beneficio terapéutico deseado con el mínimo de efectos no deseados. Son numerosas las reacciones adversas (RAM) del fármaco, siendo las más habituales la pérdida de apetito, el dolor de cabeza, el insomnio, el nerviosismo, las arritmias y algunos trastornos psiquiátricos, como agresividad, ansiedad, depresión e irritabilidad. Lisdexanfetamina12 Es el segundo fármaco estimulante del SNC que se comercializa en nuestro país (desde mediados de marzo de este año 2014, aunque ya se comercializaba en Estados Unidos y estaba aprobado por la Food and Drug Administration [FDA] desde 2007). Se trata de una forma de dextroanfetamina unida al aminoácido lisina que lo inactiva, convirtiéndose así en el profármaco, que se libera a su paso por el tubo digestivo. Se considera un psicoestimulante con escaso potencial de abuso, y mejora los síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad en el TDAH. Los efectos secundarios más habituales son: falta de apetito, cefalea, insomnio e irritabilidad, así como aumento del pulso y de la presión arterial. Atomoxetina13 Es el primer fármaco no estimulante utilizado en el tratamiento del TDAH en nuestro país desde de 2008. Ha demostrado una efectividad similar a los fármacos estimulantes en el TDAH. También puede considerarse como primera elección en aquellos pacientes con riesgo de abuso de sustancias en los que los estimulantes estarían contraindicados, ya que al no ser estimulante no provoca adicción. Su uso está aprobado para niños mayores de 6 años, adolescentes y adultos, y mejora no sólo los síntomas principales del TDAH, sino también las relaciones sociales y familiares, así como la autoestima. Se trata de un simpaticomimético de acción central sin propiedades estimulantes ni antidepresivas, con indicación en el tratamiento del TDAH. Aunque su mecanismo no está del todo establecido, atomoxetina ha demostrado ser es un inhibidor muy selectivo y potente del transportador presináptico de la noradrenalina. Activa los niveles de noradrenalina y dopamina en la corteza prefontral (efecto beneficioso en el TDAH), pero no así en las regiones corticales (núcleo accumbens y cuerpo estriado) relacionadas con el desarrollo de tics o de riesgo de abusos de sustancias. Aunque el efecto empieza a notarse a partir de unos 15 días tras su primera administración, su duración es mayor que la de los estimulantes, considerándose de unas 24 horas, lo que permite un mejor control de los síntomas durante la noche y las primeras horas de la mañana. Sus reacciones adversas más frecuentes son: falta de apetito, somnolencia, dolores gastrointestinales, náuseas y vómitos, así como trastornos psiquiátricos, tales como ideas de suicidio, aparición de manías, irritabilidad y cambios de humor. Farmacia comunitaria Como puede observarse por lo comentado hasta ahora, el TDAH es un trastorno complejo, no hay dos pacientes iguales y será necesaria la participación de varias personas en su tratamiento para conseguir una integración adecuada: paciente, médico, familia, profesores, psicólogos y pedagogos. Cuantos más profesionales conozcan este trastorno tan común y colaboren en su tratamiento, más fácil será conseguir el objetivo. Aunque la implicación de la farmacia comunitaria sería la base para otro artículo, no quisiera dejar de comentar la labor que desde la farmacia puede realizarse a favor de estos pacientes. Podemos aconsejar a aquellos padres desorientados que acuden a la farmacia comentando algunos síntomas que hacen que sus hijos no cumplan algunos objetivos de comportamiento o de estudios, y derivarlos a las asociaciones de pacientes específicas del trastorno, que son quienes mejor pueden derivar a los especialistas de la zona para un posible diagnóstico o para descartar este trastorno. Cuando atendemos a pacientes con TDAH que retiran su medicación cada mes, debemos considerarlos como pacientes crónicos y tener muy en cuenta los cambios de dosis o los cambios de fármacos. También deberemos preguntar por aquellos cambios de comportamiento que puedan darse desde la última dispensación, y aconsejar así acelerar la visita al especialista si lo consideramos oportuno. Asimismo, llevar un control de pulso, la presión arterial, la talla y el peso en la farmacia de manera mensual también es una tarea sencilla y extremadamente útil en estos pacientes, pues facilitará la labor del especialista para evaluar algunos efectos secundarios. Por supuesto, considerar este tratamiento como crónico en estos pacientes nos hará estar pendientes de posibles interacciones con otros medicamentos, que deberán ser valoradas periódicamente. Además, desde las oficinas de farmacia deberemos colaborar para evitar el mal uso o desvío de esta medicación estimulante14, algo que viene ocurriendo en algunos países en adolescentes y estudiantes, o el mal uso como anorexígeno15, que también se ha observado recientemente y que tanto daño podría provocar. El paciente con TDAH tiene un hándicap, como muchas otras personas en la vida, pero existen herramientas adecuadas para lograr su integración total en esta sociedad tan exigente. Con esfuerzo, una familia implicada y profesionales preparados, podemos lograr que alcancen sus sueños y objetivos como cualquier otra persona.

jueves, 24 de julio de 2014

Seis de cada cien niños sufre trastorno de déficit de atención e hiperactividad

Los síntomas de TDAH suelen provocar en los niños problemas tanto en el ámbito familiar como en el social y escolar SANDRA BAZ | SALAMANCA Seis de cada cien niños sufre trastorno de déficit de atención e hiperactividad Los niños canalizan su hiperactividad realizando juegos. Los niños canalizan su hiperactividad realizando juegos. / Word Los síntomas de TDAH suelen provocar en los niños problemas tanto en el ámbito familiar como en el social y escolar SANDRA BAZ | SALAMANCA La Asociación Salmantina de Niños Hiperactivos (ASANHI) es una asociación sin ánimo de lucro con el objetivo principal de informar y ayudar a todas aquellas personas afectadas por Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y a sus familiares, para disminuir los efectos negativos de los síntomas, mejorar su calidad de vida a largo plazo y promover su desarrollo e integración plena. En la actualidad contamos con 220 familias asociadas con niños en edad escolar. Qué es el TDAH El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad es un trastorno neurobiológico, crónico y de base genética, que afecta entre un 5 y un 10% de la población infantil, y un 3-4% de la población adulta. Los síntomas nucleares son el déficit de atención (dificultades en la atención sostenida, planificación del tiempo y organización de tareas…); la hiperactividad (exceso de movimiento en situaciones que no lo requieren, habla continua y de forma atropellada…), la impulsividad (hacer las cosas sin pensar en las consecuencias, interrumpir a menudo juegos y/o conversaciones…), los cuales se tienen que presentar antes de los 12 años y en los diferentes ambientes donde se mueve la persona: personal, social, académico, laboral. En función de estos síntomas encontramos 3 subtipos: subtipo inatento, subtipo hiperactivo-impulsivo y Combinado (se dan los tres síntomas). ¿Qué cosas trabajamos con la población infanto-juvenil? Desde ASANHI trabajamos diferentes áreas para favorecer su desarrollo y el control de los síntomas. Realizamos dos programas dirigidos a la parte escolar con el fin de mejorar su rendimiento académico y evitar el fracaso escolar: Programa de Profesores de Apoyo para Primaria y Programa de Estudio Guiado para chicos y chicas de Secundaria y Bachillerato. Respecto a la parte personal y social, además de un taller de Habilidades Sociales encaminado a mejorar su autoestima, controlar su impulsividad y resolver problemas de manera eficaz, también realizamos talleres de ocio y tiempo libre, campamentos de verano, excursiones y fiestas de cumpleaños (actividad nueva y de un gran éxito) donde pueden poner en práctica todas esas habilidades adquiridas y sentirse aceptados dentro de un grupo de iguales. Otras actividades con las que continuaremos el próximo curso escolar son el Taller de Lecto-escritura, de ajedrez, charlas formativas para los padres y familiares, y una atención más individualizada a los adolescentes. Como novedad, pretendemos poner en marcha un programa de intervención dirigido a los afectados por TDAH en edad adulta tanto de forma individual como de forma grupal. Muchos de los que no han sido diagnosticados de pequeños o adolescentes presentan gran cantidad de problemas en varias áreas de su vida (problemas de pareja, cambios reiterados de trabajos, conductas de riesgo…).

miércoles, 23 de julio de 2014

Conexiones imperfectas en el cerebro podrían explicar el trastorno de déficit de atencio

Los científicos estudiaron las neuronas dopaminérgicas, que regulan el placer, la motivación, la recompensa y la cognición, y que han sido implicadas en el desarrollo del TDAH EL NACIONAL WEB Neurocientíficos de la Clínica Mayo en Jacksonville, Flórida, y en la Universidad de Aarhus en Dinamarca han arrojado luz sobre por qué las neuronas en el sistema de recompensa del cerebro pueden ser conectadas incorrectamente, lo que puede contribuir a problemas como el trastorno de déficit atencional con hiperactividad (TDAH). Los especialistas señalan que los hallazgos de su estudio, publicados en línea en la revista Neuron, pueden aumentar la comprensión de las causas subyacentes de TDAH, lo que podría facilitar el desarrollo de estrategias de tratamiento más individualizadas. Los científicos estudiaron las neuronas dopaminérgicas, que regulan el placer, la motivación, la recompensa y la cognición, y que han sido implicadas en el desarrollo del TDAH. Ellos descubrieron un sistema receptor que es crítico durante el desarrollo embrionario para la correcta conexión de la zona cerebral dopaminérgica. Pero también advirtieron que, después de la maduración del cerebro, un corte en el mismo receptor, SorCS2, produce un receptor de dos cadenas que induce la muerte celular después de dañar el sistema nervioso periférico. Los investigadores informan que el receptor SorCS2 funciona como un interruptor molecular entre efectos aparentemente opuestos en proBDNF. ProBDNF es un factor de crecimiento neuronal que ayuda a seleccionar a las células que son más beneficiosas para el sistema nervioso, mientras elimina aquellas que son menos favorables, con el fin de crear una red neuronal finamente sintonizada. En la investigación encontraron que algunas células, en ratones carentes de SorCS2, no responden a proBDNF y tienen contactos disfuncionales entre las neuronas dopaminérgicas. "Este defecto de conexión de las neuronas dopaminérgicas en ratones deriva en hiperactividad y déficits de atención", expresa el doctor Anders Nykjaer, M.D., Ph.D., investigador principal del estudio y neurocientífico de Clínica Mayo en Florida y en la Universidad de Aarhus en Dinamarca. "Diversos estudios han informado que pacientes con TDAH presentan comúnmente un defecto de conexión en esta área del cerebro, acompañado de función dopaminérgica alterada”, expresa. “Es posible que ahora tengamos una explicación de por qué los genes de riesgo de TDAH se han relacionado con la regulación del crecimiento neuronal". "SorCS2 es producido como una proteína de una sola cadena —una larga fila de aminoácidos — pero puede ser cortado en dos cadenas para realizar una función diferente”, aclara el Dr. Nykjaer. “Mientras que el receptor de una sola cadena es esencial para informar a la neurona que es hora de dejar de crecer, la forma de dos cadenas instruye a las células a que ayuden a las neuronas del sistema nervioso periférico en desarrollo a morir cuando deben hacerlo". Por desgracia, si se producen daños en un nervio del sistema nervioso periférico, estas células que envuelven y alimentan a las neuronas se mueren, lo que impide la regeneración eficiente, dice. "Nuestro hallazgo sugiere que podría ser posible desarrollar un tratamiento farmacológico para prevenir este corte mortal de SorCS2 y tratar la lesión nerviosa aguda", manifiesta el experto. Otros investigadores daneses y alemanes contribuyeron en la investigación. El estudio fue financiado por la Fundación Lundbeck y el Consejo Danés de Investigaciones Médicas.

jueves, 17 de julio de 2014

becas tdah 2014 en el BOE

Abierto el plazo de becas y ayudas para el alumnado con TDAH

La Secretaría de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades ha convocado las ayudas para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, incluyendo al afectado por el TDAH, para el curso académico 2014-2015, que pueden solicitarse hasta el próximo 30 de septiembre. Publicadas el sábado 12 de julio en el Boletín Oficial del Estado (BOE), estas ayudas van dirigidas a alumnos afectados por el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad) que requieran, por un período de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de conducta. También recoge esta convocatoria los subsidios por necesidades educativas especiales derivadas de discapacidad o trastorno grave de conducta para familias numerosas y otras para programas específicos complementarios a estudios reglados de enseñanza en niveles obligatorios y postobligatorios. Los destinatarios son los alumnos escolarizados en centros educativos españoles, que acrediten la necesidad específica de recibir apoyo educativo y reúnan los requisitos establecidos. Los requisitos generales son acreditar la necesidad específica de apoyo educativo, de acuerdo con lo requerido en las bases de la convocatoria para distintas situaciones y tipos de ayuda a conceder y económicos. La cuantía a conceder para estas ayudas tendrá distintos componentes, en función de los requisitos y circunstancias del solicitante. Plazo de presentación abierto hasta el martes, día 30 de septiembre de 2014

jueves, 3 de julio de 2014

¿Cómo tratar el déficit de atención?

ISLA DE LA PALMA Asociacion Besay Asociación de Padres y Madres de Niñ@s y Jóvenes con Déficit de Atención e Hiperactividad: (TDAH) Teléfono Fax 922486562
Los niños, pero también los adultos sufren el déficit de atención, un trastorno que está en ascenso en nuestro país. Las primeras señales suelen aparecer antes de los siete años. Dificultades para mantenerse sentados en el aula, fácil desorganización, intervenciones desubicadas, no pueden centrarse en una conversación. A este conjunto de trastornos –que en muchos casos tienen origen genético–, los científicos los llaman Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), aunque es más vulgarmente conocido como déficit de atención o ADD, por su sigla en inglés. Los médicos coinciden que, en los casos más severos (y sobre todo si corre riesgo la integridad física de los chicos), lo conveniente es un tratamiento con medicación. Sin embargo, las drogas utilizadas pueden tener efectos adversos (por ejemplo, generar adicción). Por eso, el tratamiento genera angustia entre los familiares de los chicos, muchos de los cuales denuncian un excesivo sobrediagnóstico, y la consecuente “sobremedicación”. Frente a este panorama, el psicólogo y periodista científico estadounidense Daniel Goleman –autor del exitoso bestseller “La inteligencia emocional”– propone un nuevo enfoque. Basado en un extenso trabajo de investigación, afirma que el déficit de atención puede tratarse con meditación y otras técnicas de trabajo cognitivo, a las que llama mindfulness. Goleman acaba de publicar un nuevo libro –”Focus”–, que es un exhaustivo ensayo acerca de la atención humana. De la investigación para este trabajo surge la idea de utilizar ejercicios metales en el tratamiento del déficit de atención. “Todas las decisiones que toman los chicos en su vida cotidiana –desde elegir el gusto del postre hasta si hacen los deberes o juegan a la Xbox– ponen a prueba una función mental llamada control cognitivo, que es la capacidad de concentrarse en una elección principal mientras se ignoran otros impulsos”, explica Goleman, en un reciente artículo publicado en The New York Times. Y agrega: “Una corriente de investigación creciente sugiere que fortalecer este músculo mental, con ejercicios o meditación, puede ayudar a chicos y a adultos a manejar el trastorno por déficit de atención.” Goleman afirma que los ejercicios mentales se pueden encarar de la misma forma que se encaran los físicos en un gimnasio El escritor cita un trabajo publicado en una revista científica, que demuestra que la mayoría de las personas con déficit de atención que obtuvieron efectos beneficiosos con la medicación, los perdieron hacia el tercer año, si no antes. “No hay beneficios a largo plazo en la medicación, pero el uso de mindfulness parece estar haciendo trabajar las mismas zonas del cerebro que muestran actividad reducida en el TDAH”, dice Goleman. Y suma los estudios de otros dos expertos: Stephen Hinsha, de la Universidad de Berkeley; y James Swanson, de Irvine. Hinshaw asegura que es el momento oportuno para explorar la eficacia de las intervenciones no medicamentosas. Swanson coincide: “Era escéptico hasta que vi los datos, y los hallazgos son promisorios ”, dijo. © Tucumán Noticias. -