domingo, 15 de junio de 2014

¿Cómo saber si debes llevar a tu hijo al psicólo

Isla de La Palma Asociacion Besay Asociación de Padres y Madres de Niñ @ sy Jóvenes con Déficit de Atención e Hiperactividad: (TDAH) Teléfono Fax 922486562
Atualmente muchos padres se rigen por la idea acertada de “todo problema tiene solución” pero hay que buscarla en el lugar y con el especialista adecuado. Hasta ahora la visita al pediatra estaba justificada, pero muchos de los problemas que presentan niños y adolescentes en la sociedad de hoy, no son de origen físico, teniendo que ser derivados al psicólogo, y a veces al psiquiatra, quien dispone de la formación adecuada para abordar trastornos, así como problemas de carácter emocional que no se curan sólo con pastillas. 1. ¿He observado que mi hijo sufre algún retraso en comparación con otros niños de su edad? Si observas que tu hijo no ha aprendido a hablar después de los dos años, si le cuesta ponerse a jugar con otros niños cuando todos están integrados o si no adquiere los conocimientos en el colegio, teniendo dificultades para alcanzar los objetivos ya desde Primaria, entonces es conveniente que un especialista realice una evaluación exhaustiva para buscar la mejor solución en el menor tiempo posible. Muchos de estos problemas tienen remedio si se trabajan de la forma adecuada, pero si nos demoramos en el tiempo pensando que es una cuestión de madurez y que ya pasará, entonces estaremos agravando el problema. 2. ¿Se ha producido algún cambio en el entorno más cercano (separación de los padres, cambio de colegio o de residencia, nacimiento de un hermanito…) y desde entonces mi hijo ha variado su actitud? En algunas ocasiones tu hijo madura a un ritmo normal pero de la noche a la mañana te percatas de que su actitud ha cambiado sin razón aparente. Sin embargo, a lo largo de nuestras vidas se suceden acontecimientos que creemos son irrelevantes para los menores de la casa y en cambio, lejos de nuestra percepción, les está afectando a nivel emocional. Puede que unas veces se muestren agresivos, con conductas disruptivas que ayudan a descargar su estrés emocional y otras, acumulan esa carga y se manifiesta en forma de tristeza, de silencio o de malos resultados académicos por falta de atención. Si es el caso, es buen momento para consultar con el especialista. 3. ¿Mi hijo no para quieto un momento o se muestra distraído con frecuencia, olvida los libros y los deberes y le está afectando en casa, en el colegio o con sus amigos? Los niños por naturaleza son inquietos, de vez en cuando pierden objetos o rompen cosas y otras veces se olvidan de apuntar los deberes en la agenda. Pero si tu hijo no cumple con el “de vez en cuando” y se convierte en una rutina, entonces es conveniente que le hagan una evaluación psicológica donde se determine si padece un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, TDAH. Si el diagnóstico fuera positivo, tu hijo estaría en las mejores manos para comenzar con un tratamiento adecuado, generalmente multidisciplinar, para mejorar en las áreas más deficitarias, como la capacidad de atención, y adquirir las herramientas necesarias para minimizar el problema. Si quieres más información sobre este tema, consulta “7 señales de alerta para ‘saber’ si tu hijo es hiperactivo”, 4. ¿Mi hijo tiene miedo a una cosa en concreto o a muchas en general que le incapacitan para llevar una vida normal? Si tu hijo tiene miedo a los perros e ir por la calle es motivo de sufrimiento ante la posibilidad de cruzarse con alguno, o bien si tu hijo tiene miedo a los perros, a la oscuridad, a los exámenes, etc. y todo esto está haciendo que somatice (transforme los problemas psíquicos en síntomas orgánicos involuntariamente), que evite muchas situaciones, o que no quiera despegarse de ti, entonces es buen momento para acudir al psicólogo. Éste, a través de terapia cognitivo-conductual, consistente en la identificación de los pensamientos irracionales y la puesta en marcha de nuevas habilidades para hacer frente a las diferentes situaciones, conseguirá solventar esos problemas que generan sufrimiento y ansiedad en el pequeño. 5. ¿Está mi hijo de malhumor a menudo en casa, trata de llamar la atención, se enfada cuando hacemos caso a su hermano y continuamente se está comparando con él? Puede ser que tu hijo tenga celos hacia su hermano, la cuestión es si entran dentro de la normalidad. Si su actitud se mantiene en el tiempo, está interfiriendo en la dinámica familiar, se vuelve difícil la convivencia y tu hijo está sufriendo, es posible que hayáis entrado en un bucle del que se vuelve complicado salir sin la ayuda de alguien experto. Si acudes al psicólogo, ten en cuenta que el problema se ha mantenido por la forma de abordarlo entre todos. Es por este motivo que el especialista tendrá que trabajar también con los padres mediante pautas, lo que no significa buscar culpables sino encontrar la mejor solución. 6. ¿Mi hijo ha sufrido algún accidente, ha presenciado alguna situación conflictiva grave o ha perdido a un ser querido muy cercano? En ocasiones los niños sufren accidentes, observan situaciones que pueden herir su sensibilidad o pierden a algún familiar importante, y, aparentemente, no quedan secuelas de estas vivencias. Sin embargo, si tu hijo ha pasado por una situación parecida, es conveniente que acuda a un psicólogo para que evalúe la posible repercusión. Hay niños que tras una vivencia impactante actúan como si nada hubiera pasado, portando tranquilidad a los padres, pero esta actitud puede deberse a un estado de shock. Es importante estar alerta y observar si tu hijo sufre cambios en su actitud y en su estado de ánimo, tanto si se muestra agresivo como si aparece hermético, sin interés por hablar del tema. 7. ¿Mi hijo tiene dificultades para hacer amigos y a menudo está solo en el recreo? Si tu hijo es un niño tímido en el contacto con sus iguales, pasa solo el tiempo de ocio en el colegio, e incluso, sus compañeros se meten con él a pesar de que en casa es un niño diferente, entonces conviene que le lleves a un psicólogo, quien le ayudará en la mejora de la autoestima, en la adquisición de buenas herramientas para comunicarse con sus compañeros y en el desarrollo de la capacidad de empatía (ponerse en el lugar del otro). Es también apropiado que consideres apuntarle a alguna actividad extraescolar que le guste, donde pueda interaccionar con otros niños con los que pueda encajar. Existen también talleres de habilidades sociales que le permitirán adquirir la teoría mediante la práctica con otros chicos en situaciones parecidas.