miércoles, 14 de mayo de 2014

TDAH: trastorno invisible, delincuente seguro

ISLA DE LA PALMA Asociacion Besay "Asociación de Padres y Madres de Niñ@s y Jóvenes con Déficit de Atención e Hiperactividad" Avenida Venezuela, Nº 1. El Paso. C.P. 38750 Prov. Santa Cruz de Tenerife CANARIAS tdahbesay@hotmail.com 922486562 Las personas que padecen TDAH también son víctimas de bullying; las agresiones no vienen solo de los estudiantes, sino que también los profesores suelen agredir a los alumnos con este problema. La mayoría de los padres sueñan con que sus hijos sean unos exitosos empresarios, deportistas famosos o simplemente que salgan triunfantes en cada proyecto que se propongan; tratan de tenerlos en las mejores escuelas, darles la mejor educación y muchas veces, depositan sus propios sueños en ellos. Sin embargo, el futuro de las personas dependen de muchos factores, algunos tratables y otros simplemente inevitables. Me atrevo a decir que un factor importante que puede llegar a influir en el futuro de un niño o de un joven es el padecimiento de trastornos o enfermedades no detectadas. A continuación, hablaremos de una seria enfermedad a la que no se le está dando la atención debida y que día con día, sigue aumentando la cifra de problemas causados por personas que padecen esta enfermedad y de injusticias realizadas a las mismas. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno neurobiológico que se da por la falta de una sustancia llamada dopamina; la mayoría de sus funciones se desarrollan en el cerebro, manejando actividades importantes que van ligadas al comportamiento, actividad motora, al humor, aspectos de la atención y al aprendizaje. Este trastorno es de carácter crónico, evolutivo y de probable trasmisión genética que afecta entre un 5 y un 10% de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta en un 60%. Este trastorno es más frecuente de lo que muchas personas creen y de ahí se desprende el problema; muchas personas ni siquiera saben que el TDAH existe, siendo muy alta la posibilidad de que convivan con alguien que padezca esta enfermedad y que no está llevando el proceso adecuado para su problema. El TDAH es uno de los causantes principales del fracaso y violencia escolar, bullying, del abuso de sustancias nocivas e incluso de la delincuencia. Los niños con TDAH actúan sin pensar, son hiperactivos y tienen problemas de concentración. Se les dificulta completar las tareas, ya que les cuesta estarse quietos, prestar atención y atender a los detalles, junto con la falta de control de impulsos. Muchas veces se piensa que los adolescentes violentos o con bajo rendimiento escolar, están pasando por una etapa normal de la edad donde se involucra la inquietud y la rebeldía. Sin embargo, la mayoría de estos jóvenes padecen TDAH y no son tratados. Existen muchos mitos acerca de este trastorno: muchos dicen que no existe y que es solo un invento de la psiquiatría norteamericana para etiquetar niños difíciles, otros dicen que sí existe pero que es un problema que desaparece con la edad, que si un niño no es hiperactivo no puede tener TDAH o que solo los varones lo padecen, y el mito más popular, es que todo se debe a la mala educación que reciben de los padres. Todas son falsas creencias, el trastorno es una realidad y el no detectarlo trae consigo una serie de problemas que afecta tanto al que lo padece, como a la familia de la víctima e incluso puede traer daño a terceros. Probablemente, si las personas con este trastorno fueran detectados a una temprana edad, se evitarían problemas de violencia escolar y de deserción de estudios, ya que en un estudio realizado por estudiantes de la universidad Oviedo, España, se afirma que la hiperactividad-impulsividad se correlaciona con la violencia física directa y amenazas contra estudiantes. Las personas que padecen TDAH también son víctimas de bullying; las agresiones no vienen solo de los estudiantes, sino que también los profesores suelen agredir a los alumnos con este problema. Esto trae como consecuencia la expulsión total de la institución sin un previo análisis de las causas del comportamiento del estudiante, dejando ver la falta de preparación para tratar a niños y jóvenes con este problema o simplemente los jóvenes dejan la escuela tras la frustración de no saber como depositar todo su energía de una manera positiva. Según un estudio realizado a los jóvenes del tribual de Puerto Rico, la mayoría ya había desertado la escuela por problemas de conducta y posteriormente fueron diagnosticados con TDAH y ausentismo. Tras dejar atrás los estudios, es muy común que se involucren en actividades ilícitas y/o se relacionen con adicciones, ya que la dopamina (sustancia ausente en los enfermos) es conocida como un neurotransmisor de adicciones, pues drogas como la cocaína, el opio, la heroína, el tabaco y el alcohol, liberan esta sustancia. Una catedrática de la UNAM reveló que cifras cercanas al 80 por ciento de los delincuentes encarcelados más importantes del país, hablando de asesinos seriales, delincuentes, y secuestradores, son pacientes con TDAH no detectado. Esto se debe a que no llevan un tratamiento adecuado de medicamentos y psicoterapia que los ayude a controlar sus impulsos de agresión y, por lo tanto, son inclinados a cometer actividades ilegales. En conclusión, los jóvenes con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, necesitan llevar un estricto programa que incluya medicamentos y terapias psicológicas. De no ser así, terminarán por dejar de estudiar y la energía acumulada que traen junto con sus impulsos de agresión, los incitarán a envolverse en un ambiente de delincuencia, violencia y drogadicción. Es necesario que las escuelas de nuestro país se preparen para tratar con alumnos que padecen este trastorno, de igual forma, creo importante la impartición de talleres de apoyo a padres de familia y a los mismos enfermos sobre cómo sobrellevar esta enfermedad. La falta de información acerca del TDAH, es el causante principal de las injusticias y las etiquetas de las que son víctimas los enfermos. El TDAH es una seria enfermedad que pide a gritos la atención adecuada.